¡MEJOR NO SABER NADA!

No hay nada más difícil que cerrar los ojos al mundo cuando el dolor resulta duro y real,

vivir en el olvido de lo ajeno conviviendo con los sueños sin querer ver la verdad.

Es fácil decir siempre... ¡¡ No hay problemas!  Aunque las pupilas quemen si el sufrimiento lejos está. No implicarse en luchas sin respuestas, que nos llenen de impaciencia  cuando llora la realidad.

Viviendo si ver de otros los lamentos, sale adelante el tiempo, dejando los sentimientos detrás.

Pero, aunque no hay nada más difícil, que no querer saber nada, el saber llega con pena y pesar, aunque tan sólo cuando la muerte ataca, se hacen públicas las andanzas que queremos olvidar.

No es fácil... ¡ Pero es fácil no saberlo!  Si mintiéndose uno dentro, sólo se quiere ver el negro cuando a nuestro lado está y la amargura de la vida, toca los hilos que manejamos en nuestro solitario andar.

No hay nada más fácil, que saber cerrar los ojos cuando el dolor resulta duro y real.

Es fácil decir siempre ¡ No hay problemas! Y aunque fácil es mentirnos, aunque no sea nuestro sino el pensar:

¡Mejor no saber nada! No es esto fácil es: 

¡Inhumanidad!