Que nadie me robe sueños
o mi esencia partirá,
hacía galaxias lejanas
y en estas se perderá.
Que nadie me robe un horizonte
que acarició con mis manos.
Una nube carmesí,
un sol vestido de dorado.
Que nadie robe a mis ojos
unas olas que bordadas,
con blanco de nieve pura
forma puntillas onduladas.
Que nadie robe a mis manos,
la caricia de unos besos.
A mis labios la sonrisa.
A mis oídos un: ¡Te quiero!
Que no guarden para mí,
la luna en jaula dorada.
Que no tapen las estrellas
una ciudad contaminada.
Que el azul de un: ¡Te quiero!
No lo apague el desamor.
Que el transparente de una lágrimas,
no lo robe el brillo del dolor.
Que no quiera vestir nadie,
de negro mi soledad.
Que mi vida que camina,
la tristeza no quiera abrazar.
Que caída ya la tarde,
su escarlata pueda ocultar,
mis alas que desplegadas
ansían el vuelo alzar.
Que nadie me robe sueños,
porque mis sueños son,
las metas que en mi camino,
se pone mi corazón.
Cuando sueño con el horizonte,
mi felicidad esperando está.
Veo en este mi futuro,
hacía donde mis pasos van.
Una nube carmesí
es una flor que admirar,
cuando mis ojos decepcionados,
las injusticias se paran a contemplar.
Un sol vestido de oro,
es un mañana sin desigualdad,
donde el rostro de la niñez,
con sus rayos con sonrisas va a iluminar.
Unas olas vestidas de blanco,
cuando caminando hacía la orilla van,
son rizos que el mar
va bordando con la palabra paz.
Una luna plateada,
es la sonrisa de la tierra,
son sus ojos, las estrellas,
y estos con ilusión esta contemplan.
Que nadie me robe sueños,
que su fuerza, es mi ilusión.
La esperanza, el alimento,
el destino de estos:
¡¡ mi corazón !!
Annia Mancheño
No hay comentarios:
Publicar un comentario