Hoy Se enfrentas contigo queriendo romper con saña, todos los hilos que tejen tus esperanzas.
La miras a los ojos y las lágrimas brotan de los tuyos, viendo en ellos tu frialdad. Se vas metiendo dentro de ellos sin importarte que va a pasar. La impotencia que te causa en algunos momentos no poderla controlar, te hace odiarte y sentirte preso de ese pesar, pero pasado el momento la desafías y a ella te enfrentas.
Tus fuerzas te dicen que esta batalla no la ganará. Y mirándole a los ojos le gritas:
Tristeza deja mi vida, mi ventana abierta está. Vuela hacia el infinito y no regreses jamás, márchate, déjame ya, no pretendas en mi corazón anidar.
Tus momentos hacen que se pare el tiempo, envolviéndome en un abrazo que hace que mis sentimientos se nublen con el desaliento.
Dame mi tiempo, suelta mi felicidad, mi alegría no te quiere, deja de enturbia mi andar.
Tan sólo eres la sombra de la madre soledad, que nace dentro de mi corazón cuando llamas a mi puerta disfrazada de depresión.
Me atacas con la melancolía, con la nostalgia, con el desaliento. Me quieres envolver con sus vientos, pero te empujo con la fuerza de mi vida y te venzo.
No quieras en esta ocupar una parcela. Están todas ocupadas por el amor, la alegría, la belleza, las ilusiones y la paz y en la verja donde se encuentra la entrada, la esperanza de guardiana esta.
Tus sonidos pueden volar sobre ellas con el viento, pero sólo para conocerte mejor y controlar tus momentos.
¡Lo siento pero si te dejo entra, obstaculizas mi andar!
Tristeza deja mi vida, no pretendas enturbiar mi andar. Te envuelvo en alas de poesías y te lanzo a volar sobre el mar. Las grandes alas que crean mi fuerza interior que con ímpetu de mi te alejaran y haya en el horizonte, tu sombra se perderá. Luego cuando recuerde tu nombre, tan sólo me ha de quedar, la suave brisa que levantas, pero no me llegara a tocar.
Tan solo te miraran mis ojos a los que quieres atrapar, pero mis lagrimas, como las olas, te volverán a lanzar al mar con tranquilidad.
¡Adiós tristeza ! Lo siento, note puedo dejar entrar! ! ya sabes !, la esperanza se a convertido en guardiana de la parcela que en mi vida quieres ocupar.
¡Adiós tristeza! Búscate otro lugar donde anidar.Mi vida no te quiere en su andar. Sólo puedo permitirte en algunos momentos en que me vengas a visitar, pararme unos minutos, para contigo hablar.
Annia Mancheño
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