El brillo en los ojos, temor en el alma.
El hogar a oscuras y ella en la ventana.
Espera el momento en que la noche caiga
y un ciclón de golpes venga a acariciarla.
Apestando a alcohol, ebrio de poder,
gritándole a Dios, perdido en su sed.
Y entre vomiteras calla y desespera,
por temor y miedo a echar más leña a aquel infierno.
Amapolas rojas con su cara forma
halla donde toca el fuego que bebió.
El brillo en los ojos, temor en la mirada
y en el pensamiento: ¿ Llegaré a mañana?
Annia Mancheño
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