¡¡¡ TE QUIERO HIJO!!!

Empezar a escribir. ¿Cómo decirte… ¡Te quiero!? 
Cómo Explicarte mi amor; si los años y el silencio calló mi voz. ¡El amor!

¿Cómo se puede amar a dos hijos por igual y sin embargo no saber como a uno se le puede querer y no saberlo demostrar?

Llegaste a mi lado, con un pasado colgado, lleno de desamor. Sorprendidos sus sentidos, no aceptaron el camino para hallar su corazón.

Y perdida entre sentimientos encontrados, fui aprendiendo con el tiempo que hay muchas formas de amar. Unas nacen en silencio, otras llenas de caricias, palabras, gestos, miradas, abrazos y besos que se dan.

Con contigo mi  amor fue callado, pero estaba siempre a tu lado aunque no lo supe demostrar.

Y aunque los errores, llevan a silencios que desplegaban las dudas en tu corazón, en el mio   siempre hubo un hueco para llenar con ese amor maternal, que con palabras no supe mostrar.

¿Faltaron gestos? Si... Eso era cierto, pero no faltaba amor.

¿Faltaron caricias y besos? Si.. Era cierto, si esto te hizo tanto  daño, quiero pedirte perdón.

A mi también me faltaron tus manos, tu manera de expresar lo que me podías amar.

Y es que como madre e hijo, ibamos andando el camino, pero sin saber andar a la par.

Tus sentimientos tendían hacia alguien que te entendía y te ayudaba a razonar. Tu padre, que  desde el día que llegaste a su corazón, te abrió las puertas de éste para entregarte todo su amor.

¿Y yo?. Yo me  quedé en las sombras, del no saber como te debía amar. Te confié a sus manos, te dio un amor callado por no sabérselo expresar.

Pero dentro del silencio, de la palabra “Te quiero¨ que no salía con asiduidad, existía un sentimiento de amor, que para ti nació dentro, aunque a la superficie no supieran brotar.

Te quiero hijo, ¡Te quiero¡ Y aunque en el camino que andes no te lo sepa expresar, siempre estaré a tu lado, a pesar de que en el pasado puedas haber pensado: ¿Mamá dónde está tu amor?

Esta aquí hijo… En silencio pero intenso… sin gestos, pero muy dentro y siempre aquí estará.

Si un día dudas de éste, si no sabes como poderlo comprobar, mira mis ojos y pregunta:

¿Me quieres mamá? La mirada nunca miente y en la mía tu veras, que en mi corazón hay un hueco donde el amor por tu hermana floreció, y al lado también sembrado de amor, otro para tu joven corazón.

Annia Mancheño