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¡BIENVENID@S! a mi Blog personal.

Desde aquí, espero transmitiros, todas la emociones, sentimientos, alegrías, penas y satisfacciones, que mi pluma sea capaz de plasmar sobre el folio.

Espero que os guste y al menos durante los minutos de lectura de éste, vuestras emociones, sensaciones, sean como mínimo, gratificantes y enriquecedoras.

Un abrazo.
Annia




domingo, 26 de junio de 2011

BALADA PARA ELISA




La introducir la llave en la cerradura del portal, ya pudo oír  las notas el repiquetear de las teclas del pequeño piano que tenía Elisa en casa.
Estaba claro que la música se llenaba en el alma habían ocasiones en la vida, en que las apariencias engañaban
El primer día que le enviaron a realizar aquel servicio de asistencia a domicilio y vio como era y vivía Lucia, pensó que sólo era una anciana que perdidos la mayorías de sus sentidos en la evidente demencia senil que sufría, no se daba cuenta de casi nada de lo que ocurría a su alrededor ni sentía ni tenia capacidad ya para recordar que había sido sus vida.
Vivía en un piso bajo donde si no fuera por las dos horas diarias que ella dedicaba a adecentar un poco cada dos días, - poco, ya que la falta de interés de Elisa por mantenerlo, su pocos recursos y la vejez de la propia casa no permitían que el aseo de la vivienda fuera muy evidente al no disponer además del tiempo necesario ya que el servicio incluía aseo personal, compra y comida que tenía que cocinar para los dos días- posiblemente a causa de su propia desidia Elisa hubiera enfermado.
Elisa era como si representara el Pilar que se encuentra ajado, sucio y perdido en una  sociedad, que no logra comprender. Esa era la imagen que se veía en la presentación primera, si no se ahondaba en su mundo interior que la asombró cuando sus ojos se cruzaron con los Verónica. Unos ojos que mostraban la belleza que los sentimientos allá en el baúl donde se guardan los recuerdos callaban su soledad.
Sin embargo, unos días después, mientras que ella se dedicaba a recoger un poco la casa, Elisa fue capaz de sacarlos a flote, sin decir nada, sin alardear de ellos, Unas notas musicales empezaron a llenar todos los rincones de aquel viejo hogar de la mano de un piano que con melodías variadas iluminó todas las estancias sorprendiéndola.
Dejó lo que estaba haciendo y se dirigió al Salón. Elisa delante del pequeño piano, que ella pensó que llevaba años mudo adornando aquel pobre Salón, parecía estar perdida en su propio mundo.
Mientras la observaba, oyó su voz que le decía: 
  • Escucha Verónica, es como una brisa que acaricia los oídos con el lamento de un alma enamorada del amor, como un llanto del que inunda ésta habitación – dijo de repente con tristeza en su voz.- Escucha, es La Violetera que esperaba en la esquina del piano, viene a empezar sus cantos. Como ave presurosa canta con voz de rosa e inunda el corazón, dando paso en el mundo de la ilusión, a una comparsita que llora al amor que un alma añora desde un tango de Gardel.

Con los ojos perdidos en el recuerdo, empezó a tocar una nueva canción. Sus manos arrancaron al piano de nuevo las notas de Simoney que empezaron a desplegarse por el Salón.
Y fue entonces cuando Verónica oyó acompañar a las notas a una voz suave, gastada vieja pero que con timidez recobraba en su memoria tarde pasadas en  teatros con el Maestro Guerrero, Strauss, Betoven, Chopen...
Y mientras tanto, las notas de Morena Clara, dejaron atrás a las de Simoney el ambiente se impregnó de una nueva melodía entre entre pared y pared.
Elisa había sido, era un alma enamorada de la música y de la voz de un piano sobre el cual volando sus manos, sacaban al viento, llenando el momento, todo un mundo de ilusión. Y bajito y con reparo, le contaba con la voz vestida de emoción :
  • Verónica: “ El es como una voz, que me habla, me conoce y me consuela,. Si estoy triste, tristes sus notas vuelan, si estoy alegre, la alegría brilla en mi habitación, Cuando al atardecer  me siento y me pongo a tocar, de tranquilidad se llena todo lo que hay en mi hogar “

Verónica la abrazó y para disimular las lágrimas que estaban pugnando por salir a causa de la emoción del momento le dijo:
Tú sigue tocando Elisa, yo voy a seguir con lo que estaba haciendo. Es tarde.
Y se marchó a la cocina donde dio rienda suelta a aquellas lágrimas mientras de el Salón llegaban las notas de la composición: Balada para Adelina del Maestro  Granado
Una Balada que la propia Elisa interpretaba para llenar su momento de recuerdos del ayer, su propia Balada de vida.
Evidentemente, Elisa daba una imagen de mujer vieja y perdida en su inminente locura, al conocerla, pero sólo quien la conocía de verdad, era capaz de ver a la verdadera persona que existía en ella. Luego supo que Elisa había sido una excelente Pianista  y cantante en sus tiempo de juventud, donde dio numerosos conciertos en toda España


Annia Mancheño

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