¡ BIENVENID@S !

¡BIENVENID@S! a mi Blog personal.

Desde aquí, espero transmitiros, todas la emociones, sentimientos, alegrías, penas y satisfacciones, que mi pluma sea capaz de plasmar sobre el folio.

Espero que os guste y al menos durante los minutos de lectura de éste, vuestras emociones, sensaciones, sean como mínimo, gratificantes y enriquecedoras.

Un abrazo.
Annia




martes, 18 de octubre de 2011

¡¡SOLEDAD!!




Querida amiga Melisa:
Me he puesto a escribirte, porque, tenía la necesidad de contarte, algo que nos ha ocurrido recientemente y que todavía, nos tiene sorprendidos.
Sabes que, tenemos en casa, una habitación que, queríamos alquilar.
Pues bien… hace unos días, alguien llamo a la puerta de casa. Una Señora, me  miró al abrirle y sin mediar palabra alguna, me dijo que, quería alquilar dicha habitación.
Lo curioso del caso es que, nos habíamos puesto ningún anuncio; al no tener muy claro aún, si queríamos meter a alguien desconocido en casa.
Dicha Señora, dijo llamarse Soledad…  Casi, sin terminar de abrir la puerta; hasta nuestro Salón se coló. Se excusó diciendo que estaba cansada y se aposentó en uno de los sillones y desde allí nos habló:

  • Perdonar, pero me encuentro muy cansada y necesitaba sentarme. Me paso la vida buscando habitaciones libres, donde poderme quedar un tiempo…

Nos miraba a todos, mientras hablaba y había algo en su voz, que nos llenó  durante unos momentos de miedo y una extraña sensación. Apenas sin míranos unos a otros, llegamos a la conclusión, de que si la dejábamos quedarse, nos helaría el corazón. ¡Cómo explicártelo! Había tal expresión en su rostro que, era como si, quisiera apoderarse de todo; no sólo de la habitación, sino de todo lo que, con su mirada iba encontrando.
Ante su actitud, no fuimos capaces de hablar. Nos repitió que estaba cansada y que quería reposar.
Nos dejamos llevar por su influjo. La acompañamos a la habitación y con nuestras dudas y miedos, nos fuimos nosotros también a descansar.
Al día siguiente, algo nos llamó la atención. Al mira su rostro; a pesar de la expresión, cuando le mirábamos directamente a los ojos, se podía apreciar en ellos, una chispa de paz; pero, tan lejana… tan lejana… que no  podíamos vera con claridad.
Fueron pasando los días. Casi sin darnos cuenta, en nuestro interior, se fue introduciendo esa extraña sensación y miedo, hasta tal punto que, nos dejábamos llevar por su ese estados de ánimos.
Al principio, la casa adquirió un ambiente raro. Todos estábamos tristes y apagados. Ninguno sabíamos muy bien por qué. Sólo que, esto ocurría desde que, Soledad llego a nuestro hogar. Nos encontrábamos atrapados por alguien, a quien no sabíamos manejar. Al contrario, era ella quien en nuestras vidas, nuestros actitud ante las cosas, empezaba a mandar.
Al final, cansados por la situación, nos abandonamos a la situación.
La mirábamos de solayo y dejábamos que con sus voz, por dentro nos fuera llenando.
Pero un día; todos juntos, decidimos  sentarnos a su lado.
No se explicarte cómo; pero, algo cambió. Aquella chispa que un día vimos en sus ojos, nos sorprendió. Se veía  entonces con más claridad y nos miraba con cierto calor.
Empezamos a hablar con ella de temas que, nunca habíamos tocado, pues siempre  la habíamos mirado de lejos y esto nos impidió conocer mejor su interior.
Sin la mascara de frialdad que, inconcientemente le habíamos puesto, hablar con ella, resultó ser sosegado y tranquilo… y hasta que diría que, en algunos momentos, hasta nos  resultaron sus ojos bellos.
Apenas sin darnos cuenta, las horas fueron pasando.
Estas tertulias,  llenaron muchos días, hasta tal punto que, poco a poco, a ella nos fuimos acostumbrando.
Todos hacíamos nuestras vidas y ella en casa quedaba. Al llegar la noche, junto a Soledad nos sentábamos, aprendiendo día a día, como era en realidad nuestra amiga Soledad. Como en nuestra vida, habían momentos en que, era agradable llegar a casa y tener una conversación con ella, hasta tal punto que, durante esas tertulias, si alguien nos molestaba, sentíamos como si se llevaran un trozo de nuestra intimidad.
Querida amiga! ¡No se cómo te lo podría explicar!
Lo cierto es que Doña Soledad, se convirtió  en nuestras vidas, en una parte más de nuestros momentos diarios; momentos que nos llenaban de paz.
Nos encontrábamos tan bien con ella, durante esos momentos que, era como si todo su encanto, se nos metiera dentro de cada uno de nosotros.
Pero, llegó un día, en que Doña Soledad nos dijo que, se tenía que marchar. Y para asombro nuestro, nos sentimos todos tristes. ¡Es difícil de explicar! Teníamos familia…amigos con los que salir…trabajos…pero, cuando llegábamos  a casa; cuando necesitábamos de ella…¡Siempre estaba ahí!
Soledad nos dijo:
  • No os pongáis tristes. Solo tenéis que saber que, cuando me llaméis, yo acudiré siempre a vuestro lado. Hablaremos si queréis o simplemente, os haré un poco de compañía. Podremos juntos, disfrutar de un rato de tertulia, lectura, música… o simplemente, pensaremos en silencio…¡Cuando lo deseéis volveré! Recordar que, aunque hoy me vaya, siempre me podréis llamar. Pero, debo marcharme. No es bueno que, os acostumbréis tanto a mi, ni que estéis tanto tiempo, sólo conmigo.  Tenéis que vivir vuestras vidas. Yo siempre seré, esa amiga que acude cuando la necesidad de paz, hace que deseéis tener a alguien a vuestro lado, que os conozca, os escuche y os entienda
Nos dio un beso a cada uno y de la misma manera que llegó, sin decir más… ¡Nos despedimos de Doña Soledad!
Ahora, cada vez que, queremos estar a solas con ella, la llamamos y ella inmediatamente, acude a nuestro encuentro; sin excusas… siempre que la necesitamos… llega.
Así que… recuerda querida amiga… si algún día, a tu casa llama alguien que se presenta como Doña Soledad; no debes tenerle miedo..¡Ya veras! Si aprendes a conocerla… a escucharla… a sentirte en paz con su presencia… siempre que la necesites, acudirá a tu hogar.
Aprende a convivir con ella y descubrirás que, vivir momentos y conversar con Doña Soledad, puede aportarte mucha paz.
Recuérdalo cuando te visite   ¡DOÑA SOLEDAD!

Annia Mancheño

No hay comentarios: