¡ BIENVENID@S !

¡BIENVENID@S! a mi Blog personal.

Desde aquí, espero transmitiros, todas la emociones, sentimientos, alegrías, penas y satisfacciones, que mi pluma sea capaz de plasmar sobre el folio.

Espero que os guste y al menos durante los minutos de lectura de éste, vuestras emociones, sensaciones, sean como mínimo, gratificantes y enriquecedoras.

Un abrazo.
Annia




domingo, 17 de junio de 2018

EL SILENCIOSO ECO DE LAS PALABRAS ESCRITAS

Es ese eco silencioso que resuenan dentro, lo que alimenta mi espíritu, y me introduce en ese mundo donde, sumergida en la ausencia de sonidos, con la paz que esto me aporta, desde el corazón, con mi voz callada, dejo que fluyan desde mi interior.
Es entonces, cuando el eco de las palabras escritas me conmueven. A veces impregnadas de dolor, otras de alegrías, emociones, que establecen vínculos de sensaciones, que arrasan con lo que siento.
Y sin la necesidad de vocalizar estas a través de los sonidos, se impregnan de sentido, hasta el punto de conexionar mi interior con ellas, para sin ambigüedad, dentro del contexto de lo que vivo, plasmar los hechos que observo.
Otras veces para intentar describir de una forma objetiva, aunque no siempre lo consiga, lo que de una forma visual detecta mi percepción y quiero expresar.
Nace su voz de los recovecos más profundos de mis sentimientos, experiencias, conciencia, sueños, inquietudes y anhelos. Surgen libres, sin pensar en verter sobre el folio, la estrofa perfecta, la rima medida, un estilo concreto, cuando se convierten en mi lenguaje interno, que engloba la transmisión de mi relación conmigo misma, y con los demás, dentro del proceso, de adquirir coherencia, a través de mi deseos, con una precisa y particular forma de expresar, lo que a veces en arcas de olvidos, navegan en barcas llenas de sílabas y sílabas, sorteando las olas, y aún con la fiereza de su bravura, la conducen a los fondos marinos, que benévolos, guardan los recuerdos, entre historias que narran, con la susurrante voz de la calma: -pasado, es solo pasado- , duerme y descansa que la vida avanza.
En ocasiones, bailan ante mis ojos de una forma surrealista. Con velos de caricias imaginarias, tan reales como la luna, que infunde sobre la pluma, su carácter femenino, cambiante y siempre cíclico, con esa fuerza gravitatoria que ejerce sobre ella, para que se deje llevar por la creación, constante, impaciente, al igual que los suspiros de los amantes, que les confieren mientras brilla el poder de encender sus corazones, con cánticos de amores, que nace cada noche, cuando el sol se esconde y ésta brilla.
Y horas después, una vez que ésta ha realizado su viaje, por la nocturnidad del firmamento, con su mirada puesta sobre el día que anuncia su llegada, vieja, sabia, acechante y esquiva a veces al llegar la madrugada, cansada de su deambular errante y silenciosa, tapa su cara, sepultada tras la luz del amanecer, entre sus rayos radiantes, mientras el sol batalla con la luz de la mañana. Y así medio adormilada, sobre almohadas de estrellas que su brillo apagaron, descansan. Y mientras va llegando el sueño, se regodean en el placer del recuerdo de lo sentido, entregándose con avidez, a la escucha, de las nanas que susurran los poetas, para acunarse con ellas, cuando estos aún en sus desvelos, extasiados ante su contemplación, susurran sus poemas, vestidos con las palabras más bellas, melancólicos y eufóricos. Y entre susurro y susurro, dejan que su versos duerman, hasta que de nuevo, les despierte, cuando el sol entre tonos dorados y anaranjados, decaiga al anochecer. Y ella vuelve a mostrar su rostro plateado, y a través de su fulgor, reflejado en el espejo de éstos, la pluma, vuelvan a inspirarse con nuevas fantasías, nuevos versos, y sueños épicos, cual si fueran guerreros que convierten su amor en una hazaña, con ellas como cómplice, como transmisora de tal proeza cada noche .
Otras veces, surgen influidas por galaxias inventadas, llenas de estrellas, y engalanadas con el brillo que las acompaña, o vestidas de blancas hadas, que convierten el milagro de la imaginación, en dueña y señora de la pluma. Una veces radiante, otras herida, cuando arropada por ese silencio, sobre el folio blanco, habla con la vida y de la vida, con palabras mudas, por ese camino que al compás de lo vivido, va dando pasos, con ella de la mano, y se sumerge en los sueños más tiernos que nacen de los bellos momentos, o de tristes realidades que hacen que al igual que una rosa, a pesar de su belleza, se defienda de estas con espinas para que protejan esta.
Por ello, adoro las palabras escritas, la magia de estas. Ese don que tenemos los seres humanos, a través del cuales se bucea en los abismos más profundos de uno mismo, cuando ahondamos en el significado de ellas.
Adoro el momento en que, a través de un folio blanco, de una manera continuada, casi sin saberlo, descubrí que sembrando sobre mi corazón sus semillas, fueron creciendo de una forma constante, sin descanso, concediendoles a estas, la voz del conocimiento que añoraban, y la perspectiva del aprendizaje, sobre momentos de miles de acontecimientos que merodeaban por dentro, ansiosos de enseñarme su rostro, para comprendidos y aceptados, dejar en el pasado los dolientes, valorar los buenos, y una vez hecho esto, comenzar de nuevo de cero.
Y poco a poco, a pesar del desconocimiento, de la perfección de la metodología que hay que seguir, para poder escribir correctamente, estas se fueron encadenando con sentido unas a otras... sencillas, pequeñas... vestidas unas veces con ilusión, otras con miedos, pero siempre predispuesta a ampliar esto, para transcribirlas con un lenguaje perfecto.
Al principio sobre mis dedos, pesaban cadenas ante el desconocimiento de esto. Pero escribir se había convertido, en una necesidad, un desahogo, una terapia emocional para mí misma. Y como todo tiene un proceso, con el tiempo y mi afán por retratar las palabras con su rostro más bello, busqué entre libros y libros, cada una de ellas, que volando como mariposas, con alas multicolores, entre sus hojas atrapadas, yo tomaba como pequeños tesoros, dejándolas con la pluma inmortalizadas sobre mi blog de notas, para después bailar con ellas, hallar su esencia y con esta, mojada en la tinta de mis deseos, modelar todo aquello que expresar quería cuando de poesías las vestía.
Y así, sumergida en un aprendizaje todavía, esta insistente, no me deja callar. Quiere nutrirse del vivir cotidiano; como un acto amoroso, hacía todo aquello que pasó, pasa por mi vida, pienso, observo, siento, y se funde con mi mirada, para guiando mis pasos, pone sobre ellos, la calidez y templanza, que me aporta, cuando aún en silencio, su voz clama.
Porque cuando con ella hablo aún desde ese silencio, escucho el eco del grito, el lloro, el canto, y tras ellos, de mi misma salgo. Y al mismo tiempo, comparto con los demás, todas las experiencias de aquello que he vivido, y vivo a lo largo de mi camino, y que tienen para mi sentido, aunque en el descubrimiento de ello, me deje la piel, desnudando en mi conciencia de su vestimenta negra, a los errores, aciertos, frustraciones, tristezas, alegrías; incluso una feroz impotencia, cuando observo lo que en el mundo pasa y no puedo cambiar.
Y lo hago ya sin reservas, sin un frustrante pudor, cuando mis formas de hacerlo no son perfectas. Porque aún, con abismales carencias gramaticales en mi lenguaje, aún vestida de infinitas dudas, que me hacen en ocasiones, ser vulnerable, ante mi fragilidad, cuando me rompo por dentro ante este hecho; mi afán por aprender, sin dejar de crecer, me ayuda a vencer todos mis temores, y me empuja a seguir plasmando sobre el lienzo en blanco, todas mis percepciones.
En principio sin canon alguno, ni guía pensada para lo que lo que escribo, solo siguiendo el dictado de mi corazón, de mis sentidos, de mi propio ser, dando paso al ser humano, que transcribe durante su andar, lo hallado. Porque cuando escribo no pienso.. ¡Solo estoy conmigo!
Y aunque pasado el momento, releo, he intento averiguar si cada vocablo es perfecto, y no siempre acierto, aún con muchos defectos y también virtudes, no enmudece la voz de mi pluma, el hecho de desconocer si lo expuesto, es métrica aceptada, oda, soneto, romance, rimado suelto, libre, lira, copla, madrigal... si es clásica, lírica o modernista o transgresora... escribo y no pienso…
Solo dejo que el silencioso eco de las palabras escritas me inunden por dentro.
Annia Mancheño 
Copyright. Reservados todos los derechos de autor©
P.D. Mis más sinceras gracias, a los administradores de El Desván del Poeta.

martes, 2 de enero de 2018

¿𝗤𝗨É 𝗟𝗘 𝗣𝗔𝗦𝗔 𝗔 𝗟𝗔 𝗣𝗥𝗜𝗡𝗖𝗘𝗦𝗔?


A la puerta del palacio, uniformados los pajes escoltando la carroza mientras que la niña sale.

Quieren vestir su cuerpo con oro y plata. En sus cabellos, zafiros y diamantes, coronando sus dedos finas perlas brillantes.
Pero en las alcobas se comenta, que iluminando sus ojos, en su semblante la tristeza se hace presente.

¿Qué le pasa a la futura princesa que no para de llorar?
Dicen que la corte quieren casarla con el rey del mar.

Construyeron para ella un castillo de cristal. En las ventanas celosias, talladas en blanco coral.
Le ofrecieron mil sirenas, que a su alrededor entre sedas y corales bailaban, para que su sonrisa no se apagara. Caballitos de mar blancos, que por las profundidades nadaban, para que le enseñara mis plantas y arcones llenos de riqueza sin par.

Diseñaron para ella, divanes con alas de terciopelo, lechos con sabanas de olas, sillones de conchas de ensueño. Programaron para la ocasión fiestas con caballeros, con variadas viandas y licores, donde los futuros príncipe sus galas iban a mostrar.

¿Que le pasan a princesa que no para de llorar?

Alguien dice que sus ojos a la corte contempló, y pronunciarón sus labios las palabras: ¡No hay amor! Mientras conteplaba el reino que la corte le ofrecía, recordando al mismo tiempo el preciado tesoro que en su hogar poseía.

En éste lo había sirenas, zafiros, diamante, ni algas de terciopelo. No había sedas ni corales, ni caballitos de mar. Ni había fiestas programadas con tanta sutuosidad, donde los extraños entraban, para a una dama desposar.
Organizaban calidas veladas, donde por la amistad y el amor se brindaba.

Su castillo era de piedras, donde amplios ventanales, eran balcones abiertos, para que las palabras volasen. Desde allí éstas no quedaban revoloteando en el aire, ibán de flor en flor, recogiendo el nectar del amor.

A la puerta del palacio, la carroza está esperando...
¿Dónde se encuentra la futura princesa? Los pajes la están buscando.

Dicen que alguien la vió corriendo, cruzar el campo, diciendole al rey del mar:
Tus brillos deslumbrán al sol, tus paisajes me podrían llegar a cuativar, tus fiestas me darían esa fama que entre sedas me haría brillar. Pero no veo entre tus poseciones, los abrazos y besos, que con la tranquilidad y el amor, siembra la calma y la satisfacción, en mi hogar y mi corazón.

Annia Mancheño ✍
(Cuentos para el corazón)

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(Imágen tomada de Internet)